Nuestro origen podría estar en Venus

En aproximadamente cinco mil millones de años, el sol empezará un proceso de metamorfosis expandiendo su masa y absorbiendo planetas. La primera víctima de esta expansión será Mercurio, más tarde Venus y luego, muy posiblemente, nuestro planeta. Este evento cósmico hará que el Sol en algún momento ocupe el lugar de Mercurio, colocando a Marte en el tercer lugar en distancia al Sol. Para entonces, la vida en la tierra habrá desaparecido. Las condiciones climáticas pasarán a ser extremas para la vida, y la raza humana se extinguirá de la superficie terrestre 

Sin embargo, esta situación podría ser un evento que se repetiría por segunda vez en nuestra vía láctea. Entendemos que este campo de estudio es inexacto, y que no existe ninguna forma de observar cualitativamente el pasado; basamos nuestros resultados en suposiciones, la mayoría de los estudios en astrofísica no tienen lógica científica pues no pueden ser probados, y tampoco consta que sean repetibles. La mayoría cae en la categoría de posibles pero improbables. 

Según la información disponible, Venus fue un planeta que pudo albergar agua líquida y vida durante más de tres mil millones de años, e inclusive se plantea que las condiciones atmosféricas eran más estables que las condiciones en la tierra durante su etapa primitiva, favoreciendo el desarrollo de la vida rápidamente. Sin embargo, un extraño evento interrumpió esta ocurrencia. La temperatura de la superficie se calentó tanto que es prácticamente imposible que en la actualidad pueda existir algún tipo de vida - o al menos como la conocemos. Sin embargo, ¿qué pudo haber sido esta extraña ocurrencia que calentó tanto su superficie e incluso cambió la rotación de su órbita? 

Hay una hipótesis astrofísica que sostiene que, a medida que el Sol vaya incrementando su densidad después de tragarse a Mercurio, la tierra podría sufrir, también, un cambio en su órbita. Dicho esto, pudo haber sido esta la razón causante de que Venus no orbite igual que Mercurio o los demás planetas. Imaginemos que hace millones de años Mercurio estaba en segunda posición con respecto al sol, y quien más se acercaba a esta estrella era un planeta Y. Eso permitiría que Venus orbitase de tercer lugar, más alejado del Sol, y con temperaturas similares a la tierra. 

Este escenario le brindaría a Venus características idóneas para la habitabilidad plantearía, por lo que, si la existencia de la vida sucede bajo las mismas circunstancias, podríamos determinar que en el momento en que Venus orbitaba de tercer lugar en relación al sol, una civilización inteligente pudo haber tenido origen. 

Al prever que el Sol eventualmente haría insostenible la vida en ese planeta, estos seres habrían intentado colonizar la tierra cuando aún era inhabitable e impropia para las condiciones de vida que conocemos. Hoy en día, agencias como la NASA o SpaceX están enviando con más frecuencia equipamiento al espacio exterior, y se están considerando misiones más complejas al planeta rojo en el futuro como la que se enviará el 30 de julio de este año. 

Lo curioso del caso es que, si alguna civilización extraterrestre intentó colonizar la Tierra, jamás pudieron reproducir a la velocidad necesaria las condiciones de vida favorables para su supervivencia; sin embargo, si dicho intento de colonización ocurrió, seres microbianos pudieron haber sido sembrados en nuestra superficie. 

Así que, en el momento en que las condiciones terrestres cambiaron, en el punto en que el Sol expandió su tamaño, estos seres microbianos pudieron sufrir algún tipo de proceso evolutivo con la formación del oxígeno adecuado para llevar la vida fuera del agua. 

De aquí a que el sol devore a Mercurio pasarán millones de años, sin embargo, es todo un tiempo de sobra para que la humanidad expanda sus propios límites - así como la supuesta población 

venusiana pudo haber expandido los suyos. Los retos en el campo de la física como los viajes a la velocidad de la luz - o la teletransportación intergaláctica a través de agujeros de gusano - podrían ser superados, y se lograría desarrollar la tecnología a niveles necesarios para llegar a distancias mucho más lejanas, encontrando así refugio en planetas con condiciones favorables para nuestra existencia sin tener que esperar millones de años. 

En el caso de que los venusianos hayan llegado tan lejos en la física, y al rendirse en sus intentos por habitar la tierra teniendo la posibilidad de vivir en otro lugar bajo condiciones más idóneas, podrían estar habitando en algún lugar lejano del cosmos, pero con las herramientas adecuadas para venir a visitarnos sin dejar rastro. 

Si esto fuese así, podría suceder lo mismo con nosotros los terrícolas y tras, eventualmente, habernos rendido de intentar colonizar marte, y en vez de esperar millones de años hasta que sea habitable, habríamos preferido movernos de galaxia hacia algún lugar que permita darnos refugio. Sin embargo, habríamos dejado la huella para que la historia humana se repitiese en el planeta rojo. 

Ahora, si imaginamos que los venusianos atravesaron por todo este escenario, dicha población debería ser extremadamente avanzada e inteligente, o incluso una especie mucho más superior al homo sapiens. Por ende, deseos como invasión o destrucción habrían desaparecido. Quizá les haya causado más interés fomentar el desarrollo de la vida en la tierra, y generar las condiciones apropiadas para la raza humana a través de su mismo proceso evolutivo interviniendo solo lo necesario, como el extraño meteorito que acabó con los dinosaurios. 

Esta población que puede estar - o no - extinta después de millones de años, quizá hayan contribuido con el extraño misterio de la inteligencia del sapiens, la aparición del lenguaje y de las matemáticas. Todo esto no deja de ser todo un artículo de especulación donde el planteamiento es que la vida inteligente como la nuestra ocurre de forma discriminatoria, selectiva y específica. 

No obstante, sea que antes haya existido un planeta previo a Mercurio en relación al sol o que esta estrella haya aumentado su brillo espontáneamente, las posibilidades de que el calor solar llegue en los mismos niveles que en la Tierra, pero en Marte, son realmente altas tras la absorción de Mercurio y Venus en el futuro. Este aumento en la densidad y energía del sol permitirá que Marte caliente su superficie a niveles habitables, y probablemente, generando las mismas condiciones de vida que en la Tierra. ¿El futuro está en Marte?


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