Contexto global

La humanidad ha estado evolucionando a ritmos muy elevados, a nivel científico, social, religioso y político. Según Johan Norberg "vivimos en el mejor momento de la historia", y bien podría tener mucho de cierto esta tesis presentada. En la mayoría de los países actuales se ha logrado establecer una sociedad democrática sólida, y alcanzar el estado laico de gobierno, rigiéndose así bajo la lógica y razón humana, dejando atrás a los antiguos dogmas divinos de estructuración autoritaria social.

La filosofía política y económica ha madurado en terminologías y aplicaciones pragmáticas para permitir el avance financiero de la sociedad de una forma más real y dinámica, sin menoscabar derechos y motivando el desarrollo personal. Los arcaísmos políticos de modelos antagónicos entre sí han reducido sus brechas, y se han abierto las puertas para nuevos conceptos: globalización versus proteccionismo.

Como dato curioso, es la misma batalla que antiguamente dos imperios contemporáneos forjaron durante la guerra fría: comunismo versus capitalismo. Sin embargo, hoy la guerra no es fría, pero sí comercial - y con la sustitución notable de uno de los contendientes. La antigua Unión Soviética - hoy Rusia - fue desplazada por el gigante asiático, China. Sin embargo, Estados Unidos se mantiene allí como defensor de sus conquistas (territoriales, y políticas).

China abandera la globalización, y la expansión de las relaciones internacionales a nivel comercial. Tiene proyectos muy complejos, como la nueva ruta de la seda - una idea que buscaría hacer una conexión más eficaz entre Asia, Europa y África. Y Estados Unidos, bajo el mandato de Donald Trump, busca imponer aranceles al comercio extranjero, regular drásticamente la inmigración ilegal y apostar por el crecimiento de empresas estadounidenses.

Han pasado tres meses desde que iniciamos el año 2020, y las cosas no han dejado de estar convulsas. El mundo ha estado en pánico, y preocupados por la extraña aparición de un nuevo tipo de coronavirus o también llamado neumonía de Wuhan, dado que precisamente su brote inicial fue en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. ¿Curioso, no?

Los mercados asiáticos, y europeos han tenido sesiones en rojo que hacen estallar en incógnitas a los espectadores, víctimas de rumores inexactos, y alimentando mucho más la desinformación. Sin embargo, estos hechos no son aislados. Hay una extraña sensación compartida de que se aproxima una crisis global. Hasta los momentos, los mercados estadounidenses y su primera casa, Wall Street, no se han visto afectados como los mercados antes expuestos.

No obstante, el desplazamiento de Rusia como potencia económica no reduce su influencia ni poderío militar - a una escala incluso superior a China. Vladimir Putin ha logrado sortear los desafíos de la política actual, y establecer lazos afines con Xi Jinping, sin profundizar mucho en roces con Trump. Por lo que, su existencia genera un efecto bursátil también gigantesco.

Recientemente, desde el Kremlin, se negaron a reducir la producción de petróleo en una clara contienda con su productor rival, Arabia Saudita. Esta denominada "guerra de los precios del petróleo", hizo que el precio de un barril petrolero cayera hasta los 31 USD por barril - efecto que generó una repercusión inmediata en la economía de México y Noruega. Algunos analistas sugieren que las consecuencias de una prolongación de este fenómeno en economías subdesarrolladas, como Ecuador o Venezuela, pueden ser devastadoras.

Aunque bien, aquellos países no petroleros, sentirán algo de alivio presupuestario en medio de todo este meollo. Desde una perspectiva más crítica, la OPEP no es más que una organización cartelista, que actúa como un inmenso monopolio económico y político, sacrificando el beneficio de la mayoría del mundo por sus propios intereses en "subir el precio de crudo". 

No obstante, en medio de todo este baile de eventos, en el continente Americano pasa uno muy curioso y anómalo. No sólo surge una figura socialista maximalista, sino que su apoyo está en constante escalada especialmente en los más jóvenes, preocupante para el sistema estadounidense, al ser estos el futuro de la nación. Por ahora, parece que "el inconveniente Sanders" ha sido barrido por Joe Biden en el seno del partido demócrata. Bernie, con algo más de 80 años edad, no es la típica figura fulgurante izquierdista como lo fue Fidel Castro, Vladimir Lenin o Hugo Chávez, pero no deja de ser un elemento subversivo para los estatutos convencionales de la tierra de Abraham Lincoln.

Más bien parece que sigue la línea de López Obrador (presidente de México). Ahora, en un análisis un poco más táctico, parece que no hay una línea clara en términos de preferencia ciudadana. América (norte, centro y sur) en los últimos tiempos, ha estado bastante acelerada. Protestas en Colombia contra el presidente Iván Duque, remoción y sustitución de Evo Morales en Bolivia, victoria electoral de Alberto Fernández en Argentina y Lacalle Pou en Uruguay. Sin embargo, parece que puede haber una ligera desviación hacia la derecha - a excepción de Argentina, y Venezuela.

En Venezuela, la dictadura de Nicolás Maduro sigue en el poder, no sin permanecer acechada por la sociedad democrática mundial y el discurso tajante de la Casa Blanca en contra de los tiranos. Por otro lado, en España la izquierda asume la jefatura de Gobierno - pero de una forma muy complicada. Paradójico, y confuso, la derecha más radical asciende en números y resulta una amenaza para los partidos convencionales.




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